Y llegamos al último día hábil de 2020.
Fue un año agotador, de aprendizajes y experiencias nuevas, aciertos y errores, conflictos y soluciones, siempre sabiendo que no estamos solos sino que intentamos, a cada paso, construir un equipo.
No es fácil ver la globalidad de la institución Educativa de la Iglesia en cada lugar, como una unidad con particularidades, y en cada sede, entender cada nivel como una parte del todo, es un trabajo arduo. Pero en ese camino estamos.
Desde hace mucho tiempo otras y otros
trabajaron para darnos una institución de calidad, y ahora es nuestro tiempo, y
en ese tiempo construimos lo que nos toca, y afrontamos los tiempos que se
presentan.
Quiero que llegue mi agradecimiento a cada una
y cada uno de ustedes, quienes trabajan en las escuelas, en todos los roles,
pero especialmente a Juan Pablo, Erika, Silvia, Ana María, Delia, Wilma, Olga,
Daniela y Romina. Sin su apoyo, capacidad y aportes oportunos mi tarea sería
realmente imposible. A transitar este día, y que el próximo año sea, para el
equipo, un año mejor.
Miguel Ángel Fernández
Coordinador general de la OES